Crea confianza

06.03.2019

La venta es un proceso de negociación, cuyo objetivo principal es el cierre de la venta. Un vendedor puede tener un bagaje importante de conocimientos teóricos pero la práctica es la que mide su efectividad.

La finalidad es vender un volumen adecuado de tal manera que produzca una ganancia suficiente para la empresa. Para vender un bien o servicio, lo principal es conocer en profundidad lo que está ofreciendo.

Todos los vendedores están expuestos constantemente al rechazo de los clientes. El "no" del cliente es una constante que puede:

> Frustrar al comercial.

> Hacerle perder entusiasmo y fuerza.

> Hacerle bajar su rendimiento.

La desconfianza hacia nosotros como comerciales es debida a que no nos hemos preparado técnicamente o no hemos logrado feeling con el cliente.

Esto sucede porque el cliente no nos ve como expertos en el producto o servicio y no percibe que le podamos asesorar.

Esta desconfianza puede ser por varias causas:

Desconfianza hacia el comercial

Ante este tipo de desconfianza debemos vender nuestra experiencia con procesos o clientes similares. Para que compren nuestro producto o servicio, primero deben confiar en ti, en tus palabras, en tus gestos, en tu mirada, todo cuenta en esta negociación.

Desconfianza hacia la empresa.

Vale, eres buen comercial, pero la persona no confía en la empresa, ya puede ser porque sea de reciente constitución o por malas experiencias anteriores. En estos casos, debemos presentar avales, referencias de clientes y si el cliente ha tenido una mala experiencia anterior con la empresa, demostrar que han cambiado los productos , los procesos y se han mejorado.

Desconfianza hacia el producto

En estos casos viene muy bien una demostración del producto o si es posible un tiempo de prueba limitado y sin coste.

Para poder llevar a cabo este proceso de confianza, es necesario identificar las emociones de los clientes a través de sus comentarios, sus reacciones y analizar las causas y aplicar las estrategias más coherentes a las emociones de las personas.

Saber gestionar las emociones de los clientes permite adaptar tu comportamiento para ser más eficiente, reducir esfuerzos y conseguir clientes más estables.